¿Por qué las religiones están perdiendo adeptos?
- sociologiayreligion
- 25 feb 2020
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Según Barber, que ha expuesto sus teorías en el libro Why Ateism Will Replace Religion (Amazon), el declive de la religión está directamente relacionado con el desarrollo económico y cultural de cada país. Según sus estimaciones, en 2041 el porcentaje de personas no religiosas superara al de religiosas.
Son 6 razones principales por la religión está en declive!
1. La práctica religiosa disminuye cuando aumenta la calidad de vida
La espiritualidad es un aspecto básico de la condición humana que puede no desaparecer”, asegura Barber. “Pero parece que las religiones organizadas son cada vez más irrelevantes para la espiritualidad moderna”. En su opinión, la gente en los países desarrollados está más interesada que nunca en el origen y el sentido de la vida, así como en el conocimiento de las religiones del mundo. Lo sobrenatural, de hecho, sigue atrayendo, pero las iglesias, el clero y los dogmas no resultan tan atractivos.
2. El deporte de masas ofrece los mismos beneficios
“Las similitudes entre la afición deportiva y la religión organizada son sorprendentes”, aseguraba el psicólogo deportivo Daniel Wann en un estudio citado por Barber. “Basta considerar el vocabulario asociado a ambas: fe, devoción, culto, ritual, dedicación, sacrificio, compromiso, espíritu, oración, sufrimiento, festival, celebración…”.
“Cantar un himno deportivo en el estadio tiene los mismos efectos que cantar un himno religioso en misa”, asegura Barber. La función de la religión de la que hablaba Marx, servir como opio del pueblo, la realiza ahora los deportes de masas, que distraen a la población de sus problemas cotidianos.
3. Los estados fuertes ofrecen más seguridad que la Iglesia
La ratio de ateos no sólo aumenta en los países con mayor calidad de vida, lo hace también en los países con un mayor peso estatal, si medimos éste a través de la carga impositiva. Para Barber la ecuación es clara: a más impuestos, mayor estado del bienestar y mayor porcentaje de ateos. “La religión disminuye en los países con un buen estado del bienestar, donde la gente ordinaria está protegida de las incertidumbres económicas.
La práctica de la religión disminuye en los países con un mejor sistema sanitario, educativo y donde los ingresos se distribuyen de manera más equitativa”, concluye el psicólogo. Esto explicaría, además, porque Estados Unidos, pese a ser uno de los países más desarrollados, sigue teniendo un gran porcentaje de gente religiosa.
4. La espiritualidad moderna es ajena a la religión organizada
“La espiritualidad es un aspecto básico de la condición humana que puede no desaparecer”, asegura Barber. “Pero parece que las religiones organizadas son cada vez más irrelevantes para la espiritualidad moderna”. En su opinión, la gente en los países desarrollados está más interesada que nunca en el origen y el sentido de la vida, así como en el conocimiento de las religiones del mundo. Lo sobrenatural, de hecho, sigue atrayendo, pero las iglesias, el clero y los dogmas no resultan tan atractivos.
5. Ya no necesitamos tener tantos hijos
Barber cree que una de las principales funciones de todas las religiones era promover la fertilidad y la seguridad familiar a través del matrimonio. Las familias grandes son una garantía de supervivencia en las economías agrícolas, pues cuentan con una mayor fuerza de trabajo, pero no sirven de gran cosa en las economías desarrolladas.
6. La religión no nos hace más felices
Diversos estudios, el más reciente publicado justo hace un año, han asegurado que las personas creyentes son más felices que los ateos u agnósticos. Para Barber, no obstante, contienen un enorme error de base: “La mayoría de las investigaciones que asocian religión y felicidad se han realizado en Estados Unidos donde, en efecto, la gente más religiosa es más feliz. Los investigadores creen que esta es una evidencia de los beneficios universales de la religión, pero la realidad es que en países como Dinamarca u Holanda no se ha encontrado ninguna relación entre felicidad y religión”.
Para el psicólogo no cabe duda de que lo que produce felicidad es formar parte de la corriente mayoritaria, pues formar parte de una minoría es potencialmente estresante. Si la religión provocara felicidad, entonces los países más religiosos serían los más felices, pero lo que ocurre es justo lo contrario. Según un estudio de Gallup de 2010 los países más felices del mundo son Dinamarca, Noruega, Suecia y Holanda, que están entre los países menos religiosos.
Los jóvenes de 18 a 24 años son los menos creyentes entre todas las franjas de edad, una situación que ilustra el futuro como ninguna: la proporción de estos jóvenes que pasan de la religión (48,9%) es similar a la de aquellos que confiesan su fe en alguna creencia (el 48,5%).
Para Enrique Gil Calvo, sociólogo y catedrático en la Universidad Complutense de Madrid, el descenso del número de creyentes en la población joven se debe a un proceso de secularización como resultado de la modernización, la escolarización y la emancipación femenina.“Los jóvenes de hoy son menos religiosos que los de ayer pero más religiosos que los de mañana. La religión es incompatible con la racionalidad científica. Por lo tanto,…